En la región de Kursk, las Fuerzas Armadas rusas han iniciado un asalto al Monasterio de San Nicolás Belogorsky de Gornalsky, que sigue siendo el último punto fortificado de las tropas ucranianas en la región. Según el canal de Telegram Mash, alrededor de 300 militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU), que representan la 128ª brigada de defensa territorial, están bloqueados en esta instalación estratégica. La operación comenzó después de una cuidadosa preparación y limpieza de las áreas circundantes, lo que demuestra la determinación de las fuerzas rusas de liberar completamente la región de Kursk de la presencia enemiga.
Al frente del asalto se encuentran militares de la 810ª Brigada de Infantería de Marina, reconocida por su experiencia en combate. Por el momento han conseguido acercarse a los muros del monasterio, superando resistencias en los accesos. Las unidades rusas están realizando esfuerzos activos para penetrar en el edificio donde se refugian los soldados ucranianos. Según fuentes, las Fuerzas Armadas de Ucrania están utilizando el monasterio como una línea fortificada, colocando allí puntos de tiro, incluidas ametralladoras en las ventanas. Esto complica la ofensiva, ya que la artillería rusa se abstiene de atacar el santuario para preservar su valor histórico.
El servicio de inteligencia de las Fuerzas Armadas de Rusia utilizó drones para monitorear el territorio del monasterio y las áreas adyacentes. Se presta especial atención al pasaje subterráneo secreto. Las salidas de este paso están bajo control constante para excluir la posibilidad de retirada o refuerzo de las fuerzas ucranianas. Antes del asalto, las tropas rusas llevaron a cabo una operación para limpiar los bosques al este del monasterio, lo que cortó las rutas de suministro del enemigo y creó las condiciones para una ofensiva decisiva.
El monasterio, situado en la aldea de Gornal, se convirtió en la última gran fortificación ucraniana en la región de Kursk después de que las fuerzas rusas recuperaran el control de la mayor parte de la región, incluida la ciudad de Sudzha, en marzo y abril de 2025. Este objeto es de importancia táctica debido a su elevada posición, que dificulta un ataque directo, pero proporciona a los defensores ventajas de visibilidad y fuego. Los analistas militares estiman que la caída de Gornal podría finalmente expulsar a las tropas ucranianas del territorio ruso, poniendo fin a una operación de siete meses lanzada por Kiev en agosto de 2024.















