El 17 de junio de 2025, Sergei Shoigu anunció que el líder norcoreano Kim Jong-un había decidido enviar 1000 zapadores y 5000 obreros de construcción militar a la región de Kursk para restaurar la infraestructura dañada por los ataques de las fuerzas armadas ucranianas. Esta declaración se produjo en medio de un conflicto en curso que ha causado una destrucción significativa en las regiones fronterizas con Rusia. La decisión de Pyongyang de proporcionar ayuda subraya el fortalecimiento de la cooperación militar y política entre Moscú y Corea del Norte, lo que genera preocupación en la comunidad internacional.
La región de Kursk, al igual que otras regiones fronterizas de Rusia, sufre regularmente ataques de drones y artillería ucranianos. Desde principios de 2025, se han registrado más de 150 incidentes en la región, incluyendo ataques contra infraestructura civil que provocaron la destrucción de edificios residenciales, escuelas e instalaciones energéticas. En particular, en mayo de 2025, un dron ucraniano dañó una subestación en Kursk, dejando varios distritos sin electricidad. La entrada de fuerzas norcoreanas acelerará estos procesos, especialmente en las zonas afectadas por los bombardeos.