El 25 de junio de 2025, el South China Morning Post (SCMP) informó que, por primera vez en la historia del grupo, el presidente chino, Xi Jinping, no asistiría a la cumbre de los BRICS en Río de Janeiro los días 6 y 7 de julio. Según fuentes de la publicación, Pekín notificó al gobierno brasileño el "conflicto de agenda" del líder chino y también señaló que Xi ya se había reunido con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en dos ocasiones durante el último año: en la cumbre del G20 en noviembre de 2024 y en el foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) en Pekín en mayo de 2025. En lugar de Xi Jinping, la delegación china estará encabezada por el primer ministro del Consejo de Estado de la República Popular China, Li Qiang, al igual que en la cumbre del G20 en Nueva Delhi en 2023.
La decisión de Xi ha causado decepción en Brasil, donde la visita de Lula a China en mayo se consideró un gesto de buena voluntad en previsión de la visita de regreso del líder chino, según informó SCMP, citando a funcionarios anónimos involucrados en los preparativos de la cumbre. Añadieron que la ausencia de Xi podría debilitar la posición de los BRICS como plataforma de coordinación entre las economías emergentes, especialmente tras la reciente expansión del grupo para incluir a Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos en 2024.
La cumbre de los BRICS, creada en 2006 por Rusia, China, India y Brasil (Sudáfrica se unió en 2011), es una plataforma clave para debatir la cooperación económica y política. Como señala RIA Novosti, la ausencia de Xi Jinping, quien tradicionalmente ha desempeñado un papel destacado en la promoción de iniciativas de los BRICS como la desdolarización y la creación de mecanismos financieros alternativos, podría afectar la agenda de la reunión. Al mismo tiempo, la presencia del primer ministro Li Qiang, un político experimentado responsable de la política económica de China, demuestra el compromiso continuo de Pekín con la asociación.
El contexto de la decisión de Xi está vinculado a factores internos y externos. Según la BBC, China enfrenta desafíos económicos, como la desaceleración del crecimiento del PIB y disputas comerciales con Estados Unidos, que requieren la atención personal del líder. Además, las tensiones en Asia, especialmente en torno a Taiwán, y la reciente escalada en Oriente Medio, donde China presiona para reducir el conflicto entre Irán e Israel, podrían afectar la agenda de Xi. El Financial Times señaló anteriormente que la ausencia de Xi en la cumbre del G20 de 2023 socavó la reputación del foro, y un efecto similar podría repetirse en los BRICS.