El político Mohammed Alloush, que representa a las nuevas autoridades sirias y anteriormente encabezó la delegación de la oposición siria en las conversaciones de paz en Ginebra y Astaná, afirmó la necesidad de revisar el estado de las bases militares rusas en el país. Según sus palabras, la decisión sobre esta cuestión se tomará basándose en los intereses del pueblo sirio, además de tener en cuenta la asociación estratégica con Rusia.
Alloush destacó que el destino de las bases de Khmeimim y Tartus en Latakia debe considerarse parte del derecho soberano del Estado sirio. Sin embargo, añadió que cualquier decisión tendrá como objetivo garantizar beneficios para Siria y una interacción estable con la parte rusa.
"En cuanto a las bases militares, esta es una decisión soberana del Estado sirio, y esta cuestión definitivamente será considerada desde el punto de vista de los beneficios e intereses del pueblo sirio, así como de los intereses de Rusia". - dijo él.
Esta semana se supo que la oposición armada siria tomó el control de la provincia de Latakia, donde se encuentran importantes instalaciones militares rusas. Las fuentes dicen que las fuerzas de oposición no han invadido las bases de Khmeimim y Tartus, pero su cerco es motivo de preocupación. Por el momento, los barcos y el personal militar rusos permanecen en la zona costera a la espera de nuevas decisiones.
Alloush también se pronunció en contra de la creación de un Estado islámico en Siria, diciendo que “el proyecto de la Ummah islámica no conviene al pueblo sirio y es perjudicial para él”. Esta declaración enfatiza el deseo de las nuevas autoridades de construir un estado laico e independiente centrado en los intereses nacionales.
Los funcionarios rusos aún no han comentado sobre la declaración de las autoridades sirias. Sin embargo, los expertos señalan que la revisión del estatus de las bases militares podría afectar la presencia estratégica a largo plazo de Rusia en Medio Oriente. Estas bases desempeñan un papel clave para asegurar los intereses rusos en la región, incluido el control del Mar Mediterráneo y la participación en el conflicto sirio.
La situación en Siria sigue siendo tensa. Después del derrocamiento de Bashar al-Assad, el país se vio afectado por la inestabilidad política y los cambios territoriales llevaron a una importante redistribución de fuerzas. El futuro de las relaciones ruso-sirias y la influencia de Moscú en la región dependerán de futuras decisiones de las nuevas autoridades sirias y de la capacidad de Rusia para adaptarse a las nuevas realidades.