La oposición armada siria ha declarado control total sobre la provincia de Latakia, una región de importancia estratégica donde se encuentran las bases militares rusas de Khmeimim y Tartus. Así lo informó una fuente de la región, enfatizando que los combates no afectaron la infraestructura rusa y las bases continúan funcionando como de costumbre.
Según la fuente, grupos armados de oposición entraron en las ciudades de Tartus y Jebla inmediatamente después del anuncio del derrocamiento del Presidente Bashar al-Assad. A pesar del agravamiento de la situación, la oposición no intenta asaltar las instalaciones rusas.
"Nuestro objetivo es restablecer el control sobre el territorio de Siria. No pretendemos arrastrar a actores extranjeros al conflicto". — la fuente cita una de las declaraciones de los líderes de la oposición.
Los habitantes de la provincia confirman que en la mañana del 8 de diciembre los militantes patrullaban las zonas centrales de Jebla y Tartus, acompañando sus acciones con descargas al aire. Sin embargo, los militares rusos permanecieron en sus posiciones y no interfirieron en la situación. Este hecho probablemente fue el resultado de un acuerdo tácito, ya que los representantes de la oposición habían declarado repetidamente que su prioridad era derrocar al gobierno sirio en lugar de enfrentarse a las fuerzas internacionales.
La ofensiva de la oposición comenzó a finales de noviembre, cuando las fuerzas opositoras al régimen de Assad iniciaron una operación en las provincias de Alepo e Idlib. El 7 de diciembre capturaron ciudades clave y, en la mañana del 8 de diciembre, entraron en Damasco, obligando a las tropas gubernamentales a abandonar la capital. Este fue el punto final del largo enfrentamiento entre las fuerzas gubernamentales y la oposición.
Para Rusia, los acontecimientos en Latakia son de particular importancia, dado el papel estratégico de la provincia. Las bases de Khmeimim y Tartus garantizan la presencia de tropas rusas en la región y apoyan las operaciones de seguimiento de la situación en Oriente Medio. Sin embargo, a pesar de la escalada en Siria, el Kremlin se ha abstenido hasta ahora de hacer declaraciones duras. Según los medios rusos, Moscú espera que el nuevo gobierno en Siria no cree obstáculos al funcionamiento de las instalaciones militares rusas.
Mientras tanto, la situación en la región sigue siendo tensa. El control de Latakia por parte de la oposición fortalece su posición como fuerza principal en la Siria post-Assad. Sin embargo, se desconoce si el nuevo gobierno podrá mantener el control en condiciones en las que el país está desgarrado por conflictos internos e influencias externas.