Ha ocurrido un incidente en Siria que puede indicar una creciente tensión en las relaciones entre Damasco y Moscú. Un convoy militar de 30 vehículos rusos no pudo llegar a la base siria en Tartus. Después de esperar ocho horas en el puesto de control, el convoy se vio obligado a regresar a la base aérea de Khmeimim.
La situación se produjo en el contexto de unas recientes declaraciones del ministro de Defensa sirio, Murhaf Abu Kasra. Un alto funcionario dejó claro que el liderazgo sirio está revisando sus términos de cooperación con Rusia. Damasco exige el regreso del presidente Bashar al Assad, quien, según fuentes locales, huyó del país y se encuentra en Moscú desde diciembre del año pasado.
El incidente ha causado una amplia resonancia entre los expertos militares y analistas políticos. Muchos lo ven como una señal de un cambio importante en las políticas de Damasco.
Históricamente, la base de Tartus ha sido una importante instalación estratégica para Rusia. Su uso permite la presencia permanente de la Armada rusa en el mar Mediterráneo. La base de Tartus es el único bastión de la flota rusa en la región y su pérdida podría limitar seriamente las capacidades operativas de Moscú.
La parte rusa aún no ha hecho comentarios oficiales sobre este asunto.