La estación automática soviética "Cosmos-482", lanzada en 1972, podría concluir su vuelo de medio siglo cayendo a la Tierra en los próximos días. Según Roscosmos, se espera que la nave espacial caiga el 9 y 10 de mayo de 2025, con una probabilidad de daño descrita como “extremadamente baja”. La Agencia Espacial Europea (ESA) precisa que la fecha más probable es el 10 de mayo, y señala que las posibles trayectorias de impacto pasan por Alemania, incluida la ciudad de Magdeburgo. Los medios de comunicación alemanes debaten activamente la posible amenaza, aunque militares y científicos llaman a la calma y subrayan que es muy probable que los restos caigan al océano. La situación ha atraído la atención pública, recordándonos los riesgos asociados a los recursos espaciales obsoletos.
Cosmos-482, una nave espacial de aproximadamente un metro de diámetro y un peso de menos de 500 kilogramos, originalmente estaba destinada a explorar Venus, pero debido a un mal funcionamiento, no abandonó la órbita de la Tierra. Según explicó Roscosmos, la estación está equipada con un módulo de aterrizaje capaz de soportar condiciones extremas, lo que aumenta las posibilidades de que los fragmentos individuales sobrevivan a la entrada a la atmósfera. La ESA ha cartografiado posibles trayectorias que abarcan grandes regiones, incluida Europa Central. El portal alemán t-online señaló que el punto de riesgo más al norte es Magdeburgo, pero la Bundeswehr aseguró que es poco probable una caída sobre territorio alemán. Científicos de la Universidad Técnica de Braunschweig, entrevistados por Süddeutsche Zeitung, añadieron que el 70% de la superficie de la Tierra está cubierta por océanos, lo que los convierte en el sitio de impacto más probable.
A pesar de la baja probabilidad de que se produzca un incidente, los medios alemanes están avivando el ambiente. Titulares como "Investigación soviética sobre Alemania" en el Münchner Merkur y "Zona de peligro sobre el país" en Die Welt despertaron preocupación entre los habitantes. Según Kommersant del 9 de mayo, estos sucesos son raros pero no únicos: en 2023, los restos de un satélite chino cayeron en el Océano Pacífico sin causar daños. Sin embargo, en Alemania, donde las amenazas espaciales se ven con cautela, las autoridades locales han intensificado la vigilancia.