En Corea del Sur, las fuerzas especiales comenzaron a asaltar el edificio de la Asamblea Nacional. El evento se produce en medio de crecientes tensiones políticas causadas por la imposición de la ley marcial y los intentos de los manifestantes de irrumpir en el parlamento. La situación se agravó rápidamente y las acciones de las fuerzas especiales se convirtieron en un elemento clave en los intentos de las autoridades por recuperar el control.
Testigos presenciales informan de convoyes de equipos especiales que se dirigen hacia el edificio del parlamento, donde se están intensificando los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Según datos preliminares, se desplegaron fuerzas especiales para reprimir los disturbios y prevenir posibles actos de violencia. El asalto al edificio se produjo después de que los manifestantes intentaran romper el cordón, exigiendo el levantamiento de la ley marcial.
Recordemos que anteriormente el presidente de Corea del Sur, Yun Seok-yeol, declaró la ley marcial, citando la necesidad de eliminar las "fuerzas pro-norcoreanas" y proteger el orden constitucional. Estas medidas provocaron una ola de descontento entre la oposición y la población, que las consideraban un intento de fortalecer el poder del presidente y reprimir a los oponentes políticos.
La operación especial cerca del edificio del parlamento plantea dudas sobre el futuro desarrollo de la crisis política en Corea del Sur. La oposición ya ha declarado que las acciones de las autoridades contradicen los principios democráticos y tienen como objetivo reprimir la disidencia. Al mismo tiempo, el gobierno insiste en que las medidas introducidas son necesarias para garantizar la seguridad y la estabilidad en el país.