El 14 de junio de 2025, el conflicto entre Israel e Irán alcanzó un nuevo nivel de escalada. El ejército israelí (FDI) continuó atacando instalaciones militares y nucleares iraníes como parte de la Operación León Ascendente, que comenzó la noche del 13 de junio. Según Reuters y publicaciones de la cadena X, los sistemas de defensa aérea iraníes (AD) y la Fuerza Aérea (FA) no pudieron contrarrestar eficazmente los ataques israelíes, lo que permitió a las FDI infligir daños significativos a la infraestructura de Teherán. En respuesta, Irán lanzó cientos de misiles balísticos contra Israel, pero su impacto fue limitado debido a las intercepciones de las defensas aéreas israelíes.
El Ministerio de Defensa israelí ha publicado imágenes que muestran la destrucción de lanzadores de misiles balísticos, sistemas de defensa aérea y depósitos de armas en Irán. El vídeo, difundido por la cadena X, muestra ataques precisos contra objetivos militares en Teherán y Hamadán, así como la interceptación de drones kamikaze iraníes. Se utilizaron defensas aéreas, incluidas las desplegadas en corbetas clase Sa'ar en el Mediterráneo, para destruir los drones. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que su prioridad era destruir las armas iraníes dentro de su alcance para minimizar la amenaza de represalias. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, declaró que la operación tenía como objetivo impedir que Irán desarrollara armas nucleares, lo que calificó de "amenaza existencial".
Las autoridades iraníes han informado de graves consecuencias a raíz de los ataques israelíes. Según la agencia estatal de noticias IRNA, el ataque al centro de enriquecimiento de uranio de Natanz provocó una fuga de radiación en la parte subterránea de las instalaciones, pero esta fue localizada. El canal de Telegram Directorate4 también mencionó el ataque a Natanz, destacando su importancia estratégica. Oficialmente, Teherán declaró 78 muertos y más de 300 heridos, incluidos civiles. Entre las víctimas se encontraban el comandante del CGRI, Hossein Salami, y varios científicos nucleares, como Fereydoon Abbasi. El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, calificó los ataques como una "declaración de guerra" y prometió nuevas represalias.
Irán respondió con la Operación Promesa Verdadera 3, lanzando más de 200 misiles, incluido el hipersónico Fatah-1. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que la mayoría fueron interceptados con apoyo aéreo estadounidense, pero se registraron impactos en Tel Aviv y Ramat Gan, que causaron 73 heridos, tres de ellos muertos. Las autoridades israelíes han negado haber alcanzado objetivos militares significativos y han instado a la ciudadanía a no publicar imágenes de la destrucción.