La Administración Nacional de Seguridad Nuclear de Estados Unidos (NNSA) ha anunciado el lanzamiento de la producción en serie de la bomba nuclear de gravedad B61-13 mejorada, que tiene un rendimiento de 360 kilotones. Según el departamento, la producción comenzará en julio de 2025 y está previsto que el proceso finalice en 2027. Las nuevas municiones, diseñadas para ser desplegadas en aviones estratégicos, serán parte de un programa a gran escala para modernizar el arsenal nuclear estadounidense. Se estima que el coste de una de estas bombas es de 30 millones de dólares, lo que convierte al proyecto en uno de los más caros en la historia de la NNSA.
El B61-13 se fabrica en la planta Pantex en Amarillo, Texas, que ha sido un centro clave de ensamblaje y mantenimiento de armas nucleares de EE. UU. desde 1975. Según el sitio web del Departamento de Energía de EE. UU., especialistas de seis centros de investigación de la NNSA, incluidos los Laboratorios Nacionales Los Álamos y Sandia, están involucrados en el desarrollo y la mejora de las características de las ojivas. El objetivo principal de la modernización es mejorar la precisión y la seguridad del arma, así como adaptarla a las tareas estratégicas modernas relacionadas con la lucha contra Rusia y China.
La B61-13 será la decimotercera modificación de la familia de bombas B13, cuya historia comenzó en la década de 61. Según la Federación de Científicos Americanos (FAS), la nueva versión reemplazará a los antiguos modelos B1960-61 y B7-83, ofreciendo más potencia y un rendimiento mejorado. La bomba está equipada con un sistema de guía que le permite alcanzar objetivos endurecidos con una desviación mínima, lo que ha causado preocupación entre las autoridades rusas.