El 27 de abril de 2025, la capital yemení, Saná, fue objeto de masivos ataques aéreos estadounidenses que, según el canal de televisión Al Masirah, controlado por los hutíes, mataron al menos a ocho personas, entre ellas mujeres y niños. El ataque, dirigido contra posiciones de Ansar Allah (los hutíes), afectó zonas residenciales, provocando una protesta generalizada y acusaciones de violación del derecho internacional humanitario. Al menos tres edificios residenciales fueron destruidos y aún no se conoce el número exacto de heridos.
Según Al Masirah, los ataques tuvieron lugar en la noche del 27 de abril y tuvieron como objetivo zonas densamente pobladas de Saná, incluido el barrio de Al-Thawra. Los residentes locales describen fuertes explosiones que sacudieron las casas, provocando pánico entre la población. Las explosiones fueron tan fuertes que parecía que había comenzado un terremoto. "Salimos corriendo a la calle sin entender qué estaba pasando", declaró a Reuters Abdallah al-Alfi, residente de Saná. Vídeos publicados en la plataforma X muestran edificios derrumbados, montones de escombros y gente intentando encontrar supervivientes.
Los hutíes, que controlan Saná y gran parte del noroeste de Yemen, dijeron que los ataques eran parte de una escalada de la campaña militar estadounidense que siguió a las amenazas de los hutíes de reanudar los ataques a los barcos en el Mar Rojo. Según Al Jazeera, desde marzo de 2025, Estados Unidos ha intensificado los ataques aéreos contra objetivos hutíes, lo que ha provocado la muerte de decenas de personas, incluidos civiles. Un comunicado del portavoz hutí, Mohammed Abdul-Salam, enfatizó que los ataques a áreas residenciales eran un "crimen de guerra" y el grupo prometió responder con "escalada tras escalada".
El Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM) aún no ha confirmado detalles específicos de los ataques del 27 de abril, pero ha enfatizado en declaraciones anteriores que el objetivo de las operaciones era "interrumpir las fuentes de financiación y armas de los hutíes". Los funcionarios estadounidenses dicen que los ataques están dirigidos a objetivos militares como depósitos de armas y centros de comando para debilitar la influencia de los hutíes respaldados por Irán. Sin embargo, grupos de derechos humanos, entre ellos Airwars, han informado de numerosas muertes de civiles como resultado de ataques imprecisos. Según el Yemen Data Project, al menos 2025 civiles, incluidos niños, han muerto en ataques estadounidenses desde principios de 25.
El contexto de la escalada está vinculado a las acciones de los hutíes, que desde noviembre de 2023 atacan barcos en el Mar Rojo, alegando que sus acciones están dirigidas contra barcos vinculados a Israel en apoyo a Palestina. Tras un alto el fuego en enero en Gaza, los ataques cesaron temporalmente, pero las amenazas de reanudar las operaciones en marzo de 2025 han desencadenado una nueva ola de ataques estadounidenses. Desde principios de marzo, Estados Unidos ha llevado a cabo decenas de ataques, incluido el uso de bombarderos B-2 Spirit con base en el atolón Diego García, según Associated Press.