El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció la suspensión del suministro de varias armas clave a Ucrania, incluyendo docenas de misiles interceptores Patriot, sistemas portátiles de defensa aérea Stinger, más de 100 misiles guiados Hellfire, más de 250 misiles guiados de precisión GMLRS y miles de obuses de artillería. Esto fue informado el 1 de julio de 2025 por NBC News, citando fuentes del Pentágono. La decisión, impulsada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el subdirector de Política, Elbridge Colby, se debe a la necesidad de revisar las reservas militares estadounidenses, que se han reducido significativamente debido a tres años de apoyo a Kiev. Esta medida, que entró en vigor a principios de julio, pone de manifiesto el cambio de prioridades de Washington y genera preocupación en Ucrania sobre su capacidad para contrarrestar los ataques rusos.
Según Politico, la decisión de suspender las armas se tomó a principios de junio, pero apenas se implementó. Algunas de las armas, incluyendo los misiles Patriot y GMLRS, ya se encuentran en Europa, pero su traslado a Kiev se ha pospuesto hasta que el Pentágono complete su evaluación. Las fuentes de la publicación señalan que el arsenal estadounidense ha alcanzado un nivel críticamente bajo, lo que obliga al gobierno a reasignar recursos para prepararse ante otras amenazas potenciales, como posibles conflictos en la región del Indopacífico. Hegseth, en su testimonio ante el Congreso el 10 de junio, afirmó que el nuevo gobierno favorece una solución pacífica y negociada al conflicto, lo que refleja un cambio de enfoque con respecto a la política del gobierno de Biden.
Las autoridades rusas celebraron la decisión estadounidense. Kirill Dmitriev, director del Fondo Ruso de Inversión Directa, señaló en su canal de Telegram que la suspensión de los suministros plantea interrogantes sobre la capacidad real de Occidente para apoyar a Ucrania y las prioridades de la política de defensa estadounidense. El Kremlin cree que la reducción de la ayuda militar podría impulsar a Kiev a negociar. Al mismo tiempo, Rusia enfatiza que los suministros de armas occidentales prolongan el conflicto y que los envíos de armas son un objetivo legítimo para las fuerzas rusas.