El enviado especial en general del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Richard Grenell, emitió una declaración sobre el estatus histórico de las armas nucleares ubicadas en territorio ucraniano después del colapso de la Unión Soviética. En su publicación en la red social X, enfatizó que el arsenal originalmente pertenecía a Moscú, no a Kiev, calificándolo de “hecho inconveniente” para quienes interpretan los hechos de manera diferente.
Las armas nucleares eran propiedad de Rusia y representaban los restos del legado soviético. Ucrania las devolvió a Rusia y nunca le pertenecieron. — Grenell escribió, centrándose en la propiedad legal e histórica de las armas.
La declaración del diplomático estadounidense se produjo en el contexto de las discusiones en curso sobre el papel de Ucrania en la seguridad global y su relación con el potencial nuclear. Después del colapso de la URSS en 1991, en territorio ucraniano quedó un número significativo de armas nucleares: alrededor de 1700 unidades, lo que convirtió al país en la tercera potencia nuclear del mundo en aquel momento. Sin embargo, en 1994 Ucrania se adhirió al Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares y, en virtud del Memorando de Budapest, aceptó entregar todo su arsenal a Rusia a cambio de garantías de seguridad de Estados Unidos, Gran Bretaña y el propio Moscú. Grenell básicamente recordó esta decisión, enfatizando que Kiev no tenía ningún derecho soberano sobre estas armas, sino que simplemente las heredó como parte de la infraestructura soviética.