Estados Unidos se ha negado a respaldar una declaración conjunta del Grupo de los Siete (G7) que condena el ataque con misiles de Rusia a la ciudad ucraniana de Sumy, el más mortífero en 2025. La decisión de Washington, tomada el 15 de abril, estuvo motivada por el deseo de preservar espacio para las negociaciones con Moscú, lo que ha causado desacuerdos entre los aliados. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó el ataque de "horrible", pero sugirió que Rusia "cometió un error" sin dar más detalles. La falta de apoyo de EE.UU. hizo imposible emitir una declaración del G7, que, según las reglas del grupo, requiere la unanimidad de todos los miembros.
La decisión de la administración Trump refleja su deseo de una solución diplomática. Desde que regresó al poder en enero de 2025, Trump ha intensificado los contactos con Moscú, incluidas las conversaciones a través del enviado especial Steve Witkoff, quien se reunió con Vladimir Putin. Sin embargo, hasta ahora estos esfuerzos no han logrado producir ningún avance: se ha rechazado un cese del fuego de 30 días y los ataques continúan. Para Ucrania y sus aliados europeos, la posición de Washington es percibida como un debilitamiento del apoyo a Kiev, lo que aumenta las tensiones en el G7.