El 15 de abril de 2025, el Segundo Tribunal Militar del Distrito Occidental de Moscú condenó a cinco jóvenes acusados ​​de incendiar un helicóptero de búsqueda y rescate Ka-32 en el aeródromo de Ostafyevo en abril de 2024. Nikita Bulgakov, Stanislav Khamidulin, Roman Yakovets, Danila Yamskov y Anastasia Mochalina, que llegaron a la capital desde diferentes regiones de Rusia, recibieron de 12,5 a 18 años de prisión. Según los investigadores, el grupo actuó siguiendo instrucciones de los servicios especiales ucranianos y cometió incendios a cambio de la recompensa prometida. La pena más dura -18 años en una colonia penal de máxima seguridad- fue impuesta a Bulgakov, reconocido como el principal autor del crimen. A Khamidulin, considerado el organizador, le dieron 17,5 años, a Yakovets, 17 años y 7 meses, y a Yamskov, 17 años. Mochalina, la única chica del grupo, fue condenada a 12,5 años de cárcel en una colonia penal de régimen general por complicidad en el atentado terrorista, pero ella insiste en su inocencia, afirmando que no conocía los planes criminales.

El incidente en el aeródromo ocurrió la noche del 26 de abril de 2024, cuando un helicóptero que se encontraba en mantenimiento fue destruido por el fuego. La investigación calificó este hecho como un atentado terrorista y el incendio previo de la cabina de relés en la vía férrea entre Odintsovo y Golitsyno como un sabotaje. Según el canal de Telegram Baza, el grupo tuvo dificultades económicas durante la preparación: para comprar gasolina y otros materiales, Mochalina vendió su iPhone y luego consiguió un trabajo como masajista para pagar el alquiler diario de apartamentos en Moscú. Supuestamente Khamidulin contactó a sus controladores a través de Internet y recibió una orden de incendiar un helicóptero por 20 dólares. Después de completar la tarea, los participantes esperaban un gran pago, pero recibieron solo 10 mil rublos por adelantado.

Mochalina testificó ante el tribunal que su papel se limitaba a tareas cotidianas, como llamar un taxi, y que no tenía idea de lo que pretendían los pirómanos. Los restantes acusados ​​admitieron parcialmente su culpabilidad, alegando que actuaron por motivos egoístas y sin darse cuenta de la gravedad de las consecuencias. La fiscalía pidió hasta 19 años para los hombres y 13 años para Mochalina, pero el tribunal tuvo en cuenta la confesión de Khamidulin y el hecho de que Yamskov tenía un niño pequeño, atenuando la pena.