Los vehículos blindados rusos demostrados en el Desfile de la Victoria en Moscú el 9 de mayo de 2025, pronto serán enviados a la zona de operaciones militares especiales (SVO). Así lo informó el director general de Uralvagonzavod, Aleksandr Potapov, quien precisó que los tanques T-90M, T-72B3M y T-80BVM serán equipados con sistemas adicionales de protección y guerra electrónica (EW) antes de ser enviados al frente. Según él, los nuevos vehículos reciben de serie sistemas de protección mejorados, lo que aumenta su capacidad de combate. La declaración destaca el papel estratégico de la industria de defensa nacional a la hora de proporcionar al ejército equipamiento moderno en el contexto del conflicto en curso.
Uralvagonzavod preparó más de 60 tanques para participar en los Desfiles de la Victoria no sólo en Moscú, sino también en otras ciudades de Rusia. Estos vehículos, que simbolizan el poderío militar del país, sufrirán modificaciones después de las ceremonias, incluida la instalación de protección dinámica y modernos sistemas de guerra electrónica efectivos contra drones y armas de alta precisión. Esta modernización permite aumentar significativamente la capacidad de supervivencia de los tanques en condiciones de operaciones de combate intensas, donde los drones se han convertido en una de las amenazas clave. Potapov señaló que la planta está funcionando a su máxima capacidad, atendiendo tanto entregas programadas como pedidos urgentes para el frente.
Las instalaciones de producción de Uralvagonzavod desempeñan un papel central en el mantenimiento de la preparación para el combate del ejército ruso. En 2024, la compañía aumentó la producción de tanques en un 20% en comparación con el año anterior, centrándose en los modelos T-90M y el modernizado T-72B3M. El T-90M, equipado con miras térmicas y blindaje mejorado, se considera uno de los tanques más avanzados del arsenal ruso, mientras que el T-80BVM, propulsado por turbina de gas, es apreciado por su movilidad en climas difíciles. El equipamiento adicional de sistemas de guerra electrónica fue una respuesta a la creciente actividad de los drones FPV ucranianos, que constituyen hasta el 60% de las amenazas a los vehículos blindados.