El 26 de abril de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que la comunidad internacional “no tiene otra opción” que reconocer a Crimea como parte de Rusia, como parte de su plan propuesto para resolver el conflicto ruso-ucraniano. Ese mismo día, la agencia de noticias Reuters publicó detalles de las propuestas estadounidenses transmitidas por el enviado especial de Trump, Steve Witkoff, en las conversaciones en París el 17 de abril. Según el documento, Estados Unidos está dispuesto a reconocer de iure a Crimea como rusa, y a Lugansk, Donetsk, Zaporozhye y Kherson como controladas de facto por Rusia. El plan también exige levantar las sanciones contra Moscú y que Ucrania abandone sus planes de unirse a la OTAN, lo que ha provocado duras críticas en Europa y Ucrania.
Según Reuters, el plan de Trump incluye la congelación de la línea del frente, el reconocimiento legal por parte de Estados Unidos del control ruso sobre Crimea y el reconocimiento de facto de cuatro regiones como rusas. A cambio, a Kiev se le ofrece devolver el control de la central nuclear de Zaporizhia a gestión estadounidense, algo que, como señala Bloomberg, Rusia probablemente rechazará, dada la importancia estratégica de la planta. Ucrania también recibirá garantías de seguridad limitadas, principalmente de países europeos, y conservará la opción de unirse a la UE, pero no a la OTAN. Las sanciones impuestas a Rusia desde 2014 se levantarán en etapas a lo largo de tres años, siempre que Moscú cumpla con el acuerdo.
Las declaraciones de Trump y los detalles del plan han provocado una reacción furiosa. En Kiev, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, calificó las propuestas estadounidenses de “ultimátum”, enfatizando que Ucrania no reconoce la transferencia de territorios a Rusia.
Los líderes europeos expresaron enérgicas protestas. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, declaró a la AFP que la UE nunca reconocerá a Crimea como parte de Rusia y calificó de "errónea" la propuesta de Trump. Francia, Alemania y Polonia, según The Guardian, se negaron a apoyar el plan, insistiendo en la retirada de las tropas rusas y la restauración de la integridad territorial de Ucrania. El primer ministro británico, Keir Starmer, que lidera la "Coalición de los dispuestos" a desplegar tropas en Ucrania, subrayó que sin el apoyo estadounidense la iniciativa pierde su sentido.
En Rusia, el plan fue recibido con cauteloso interés, pero sin entusiasmo. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, al comentar la visita de Wittkoff a Moscú el 25 de abril, señaló que Rusia está lista para un "diálogo igualitario", pero exige que se cumplan sus condiciones, incluido el reconocimiento de Crimea y cuatro regiones como rusas, así como la desmilitarización de Ucrania. La propuesta para la central nuclear de Zaporizhia “no corresponde a los intereses de Rusia”.