El presidente estadounidense, Donald Trump, que regresó al poder a principios de 2025, ha iniciado una revisión activa de la legislación adoptada durante el gobierno de su predecesor, Joe Biden. El primer día de su nuevo mandato, Trump rescindió 78 acciones ejecutivas de la era Biden, declarando su intención de devolver al país a los “valores tradicionales” y reformar aspectos clave de la política interior y exterior.
Entre los decretos cancelados se encuentran las decisiones más resonantes de la administración Biden. Por ejemplo, se anuló una orden ejecutiva que exigía a las agencias federales ampliar la prohibición de la discriminación sexual para incluir la orientación sexual y la identidad de género. Esta decisión ya ha generado críticas por parte de organizaciones de derechos humanos que temen una reducción de los derechos de la comunidad LGBTQ+ (prohibida en Rusia).
También se rescindió una orden que permitía a personas transgénero servir en el ejército estadounidense, otro paso hacia la restauración de las políticas anteriores de Trump. El Presidente explicó esta decisión por la necesidad de fortalecer la disciplina militar y centrarse en la seguridad nacional.
Una de las medidas clave fue la derogación de la prohibición de renovar contratos con prisiones privadas, que según los críticos podría conducir a una mayor influencia de las corporaciones privadas en el sistema penitenciario. Biden inició la prohibición para reducir la escala de privatización del sistema judicial, pero Trump ve tales medidas como una amenaza a la eficiencia de las prisiones.
También se revisó la política exterior. El presidente restauró a Cuba el estatus de Estado patrocinador del terrorismo, revocado por Biden, y también levantó las sanciones contra los asentamientos judíos en Cisjordania. Las medidas fueron recibidas positivamente entre los aliados de Trump en Medio Oriente, particularmente Israel, pero generaron críticas de las autoridades palestinas y de varios países europeos.
Además, se canceló la orden de Biden sobre inteligencia artificial, firmada en 2023. Este decreto tenía como objetivo regular los riesgos asociados con el desarrollo de la IA. Trump justificó su decisión por la necesidad de reducir las barreras burocráticas que frenan la innovación en el ámbito tecnológico. Sin embargo, los opositores advierten que esto podría conducir a mayores riesgos de seguridad y privacidad de los datos.
Según Trump, revertir estas órdenes ejecutivas de Biden no es solo un ajuste de políticas, sino un paso hacia “restaurar los valores estadounidenses” y fortalecer la soberanía nacional.
"Debemos centrarnos en los intereses del pueblo estadounidense, no en complacer a las élites liberales y a las fuerzas externas". - dijo Trump durante su discurso en la Casa Blanca.