El 8 de junio de 2025, el presidente estadounidense Donald Trump firmó un memorando para desplegar 2000 efectivos de la Guardia Nacional de California en Los Ángeles con el fin de sofocar los disturbios provocados por las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) contra inmigrantes indocumentados. La decisión, tomada bajo supervisión federal, fue duramente criticada por el gobernador de California, Gavin Newsom, quien la calificó de "deliberadamente provocadora" y destinada a aumentar las tensiones. Los enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales en el barrio Paramount, de mayoría latina, continuaron por segundo día consecutivo, con el uso de gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras, informó la BBC.
Según The New York Times, las protestas comenzaron el 6 de junio tras las redadas del ICE que detuvieron al menos a 44 personas sospechosas de infringir las leyes migratorias. Las redadas se llevaron a cabo en el centro de Los Ángeles, en el Distrito de la Moda y frente a las tiendas Home Depot, donde agentes federales detuvieron a vendedores ambulantes y trabajadores, según Los Angeles Times. En Paramount, donde el 82 % de la población es latina, manifestantes que ondeaban banderas mexicanas lanzaron piedras y botellas a los agentes, incendiaron un coche y bloquearon las calles. El ICE y la Patrulla Fronteriza respondieron con gas lacrimógeno y porras, lo que resultó en arrestos, incluido el del presidente del sindicato SEIU California, David Huerta, cuya detención provocó una condena generalizada.
Trump, en un comentario en la plataforma Truth Social, acusó a Newsom y a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, de no abordar los "disturbios y saqueos", afirmando que el gobierno federal "solucionaría el problema". La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Carolyn Leavitt, calificó las protestas de "ataques violentos contra agentes del ICE", quienes, según ella, luchaban contra una "invasión de delincuentes ilegales". El secretario de Defensa, Pete Hegseth, añadió que los marines de Camp Pendleton, que se encuentran en alerta máxima, podrían ser llamados si la violencia continúa.
El gobernador Newsom, por su parte, enfatizó que las autoridades locales son capaces de controlar la situación y que el despliegue de la Guardia Nacional solo aumentaría el temor en las comunidades devastadas por los recientes incendios. La alcaldesa Bass, quien calificó las redadas de ICE como "aterradoras", afirmó que Los Ángeles, una ciudad de inmigrantes, no apoya tales acciones. Según Reuters, ni ella ni el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) fueron advertidos sobre las redadas, lo que generó acusaciones de falta de coordinación en el ICE. El LAPD negó las afirmaciones del ICE sobre un retraso de dos horas en la respuesta, afirmando que llegó en 55 minutos a pesar del uso de irritantes químicos por parte de los agentes federales.
Las redadas forman parte de la campaña de deportaciones masivas prometida por Trump, con un objetivo de 3000 arrestos diarios. ABC News informó que 118 personas fueron arrestadas en Los Ángeles en una semana, incluyendo presuntos pandilleros y personas con antecedentes penales por drogas y violencia. Sin embargo, defensores de derechos humanos, como CHIRLA, afirman que entre los detenidos se encuentran residentes legales y familias con niños. El cónsul mexicano, Carlos González Gutiérrez, confirmó la detención de 11 mexicanos y afirmó que los centros de detención estaban sobrepoblados.
La escalada ha suscitado preocupación en el Congreso. Los senadores Adam Schiff y Alex Padilla han solicitado una investigación sobre las tácticas del ICE, calificándolas de "teatrales" y abusivas. El Washington Post señala que las acciones de Trump, incluida su amenaza de recortar la financiación federal a California, están exacerbando el conflicto con los líderes demócratas del estado. Las tensiones ponen de relieve una división en los enfoques sobre la inmigración: California, con una gran población latina, sigue una política de "ciudad santuario", lo que limita la cooperación con el ICE.
El despliegue de la Guardia Nacional en Los Ángeles, inédito desde los disturbios de Rodney King en 1992, está aumentando el temor en las comunidades locales. Según Al Jazeera, los manifestantes exigen el fin de las redadas y la liberación de los detenidos, coreando "¡Fuera ICE de Los Ángeles!". Ante la tensión que persiste, los expertos temen que una mayor militarización pueda desatar más violencia, amenazando la estabilidad de la región.