Tras la guerra de 12 días entre Israel e Irán, que finalizó a principios de 2025, Oriente Medio está al borde de una nueva escalada. Las tensiones entre Turquía e Israel, dos potencias regionales clave, han alcanzado un nivel crítico y amenazan con desembocar en un conflicto abierto. Así lo informa el Financial Times, que destaca que Ankara y Jerusalén se están hundiendo cada vez más en un estancamiento provocado por el choque de sus ambiciones geopolíticas.
Las relaciones entre Turquía e Israel han sido complicadas desde hace tiempo. En 2023, después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, hiciera duras declaraciones en apoyo de Palestina y criticara las acciones de Israel en la Franja de Gaza, Israel retiró a sus diplomáticos de Ankara y expulsó a los diplomáticos turcos de Israel. Al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Eli Cohen, anunció la necesidad de "reevaluar" las relaciones bilaterales. Erdogan, a su vez, ha amenazado repetidamente con una intervención militar, comparando las posibles acciones de Turquía con sus operaciones en Karabaj y Libia.
Para 2025, la situación había empeorado aún más. Tras la guerra entre Israel e Irán, en la que Estados Unidos apoyó a Israel atacando instalaciones nucleares iraníes, la región se sumió en la inestabilidad. Turquía, que se posiciona como defensora del mundo musulmán, condenó enérgicamente las acciones de Israel, especialmente en el contexto de sus supuestos planes de anexión de Cisjordania. El Ministerio de Asuntos Exteriores turco emitió un comunicado advirtiendo a Israel contra tales acciones, calificándolas de «grave violación del derecho internacional».
Una de las principales razones de la escalada fue la rivalidad entre Turquía e Israel por la influencia en la Siria de la posguerra. Con la posición de Irán en la región debilitada y el régimen de Asad en plena desintegración, ambos países buscan llenar el vacío de poder. Turquía apoya a varios grupos armados en el norte de Siria y busca fortalecer su presencia.
Turquía considera las acciones de Israel una amenaza a su influencia en la región, especialmente a la luz de los ataques israelíes contra objetivos que Ankara considera estratégicamente importantes para su seguridad, según analistas. Al mismo tiempo, Israel percibe cada vez más a Turquía como una amenaza mayor que un Irán debilitado.
"Israel ve a Turquía no sólo como un competidor regional, sino también como un líder potencial de una coalición antiisraelí", señala el Financial Times.
Estados Unidos, aliado de Turquía e Israel a través de la OTAN y acuerdos bilaterales, se encuentra en una situación difícil mientras Washington intenta equilibrar el apoyo a Israel en su enfrentamiento con Irán y al mismo tiempo mantener una asociación estratégica con Turquía, que sigue siendo un actor importante en la OTAN.