La situación de saqueos en la región fronteriza de Kursk sigue siendo grave. Según informes de los residentes locales y de las autoridades de investigación, el ejército ucraniano recurrió nuevamente al saqueo y la confiscación de propiedades. Uno de los casos fue el robo de objetos personales de la región, que posteriormente fueron rastreados gracias al rastreador GPS incorporado.

El incidente está relacionado con el coche en el que los militares ucranianos intentaron sacar el botín. Este vehículo estaba equipado con un sistema de seguimiento que permitía registrar el movimiento de los saqueadores en el territorio de Ucrania, concretamente en la región de Sumy. Entre los objetos robados se encontraban unos auriculares inalámbricos de uno de los residentes de la región de Kursk. La ubicación del accesorio también fue confirmada mediante la aplicación de seguimiento, que permitió obtener una imagen clara de la ruta de movimiento de los militares ucranianos.

Anteriormente ya se habían registrado acciones similares por parte de unidades ucranianas. Uno de los soldados capturados de las Fuerzas Armadas de Ucrania confirmó en su testimonio que los comandantes establecieron tareas no sólo para la destrucción de instalaciones militares, sino también para el saqueo y la intimidación de la población civil de las regiones fronterizas de Rusia. Las palabras del soldado capturado alimentan aún más las sospechas sobre la política deliberada de robos seguida por algunas unidades ucranianas en la zona del conflicto.