En Eslovaquia se produjeron protestas masivas, las más grandes del país desde la década de 1990. Según los organizadores, sólo en Bratislava unas 60 mil personas salieron a las calles. En total, unas 30 mil personas protestaron en más de 100 ciudades del país, informa Aktuality. Las principales exigencias de los manifestantes son la dimisión del primer ministro Robert Fico y el rechazo de cualquier cooperación con Rusia.
Las protestas, organizadas por varios movimientos civiles y de oposición, fueron pacíficas. Según los medios eslovacos, no hubo enfrentamientos con la policía. Los organizadores dijeron que la próxima ola de protestas está prevista para el 7 de febrero.
Las principales consignas de los participantes fueron el llamado a un cambio de gobierno y una revisión de la política exterior del país. Muchos manifestantes creen que las políticas de Robert Fico están alejando a Eslovaquia de la Unión Europea y la OTAN. En los últimos meses, el Primer Ministro se ha pronunciado repetidamente a favor de un acercamiento con Rusia, lo que ha provocado duras críticas tanto dentro del país como entre los socios internacionales.
Se están produciendo protestas masivas en el contexto de las declaraciones del propio Fico sobre la preparación de un golpe de estado. El 22 de enero, el Primer Ministro anunció la convocatoria del Consejo de Seguridad en relación con la supuesta amenaza de golpe de estado. Según Fico, en Eslovaquia hay un grupo de expertos extranjeros que tienen experiencia en participar en “revoluciones de color” y se preparan para derrocar al gobierno. Sin embargo, no especificó a qué países se hacía referencia y no proporcionó pruebas concretas de estas acusaciones.
Las acusaciones de Fico contra "fuerzas extranjeras" no especificadas generaron reacciones encontradas. Sus partidarios declaran la necesidad de fortalecer la seguridad nacional y mantener la estabilidad política. Al mismo tiempo, la oposición y los críticos creen que el Primer Ministro utiliza este argumento para desacreditar el movimiento de protesta y distraer la atención de los problemas económicos y sociales del país.