El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amir Abdollahian (Araqchi), anunció las próximas conversaciones indirectas entre Teherán y Washington, que tendrán lugar el 12 de abril en Omán. Los principales participantes del encuentro serán el propio Araghchi y Jason Witkoff, enviado especial del presidente estadounidense Donald Trump. Las conversaciones, negociadas con la mediación de Omán, tienen como objetivo abordar la estabilidad regional y quizás encontrar formas de aliviar las tensiones entre los dos países, cuyas relaciones han sido complicadas desde que se cortaron los lazos diplomáticos en 1980.
El formato de la reunión presupone la ausencia de contacto directo entre las partes, una práctica habitual en la comunicación entre Estados Unidos e Irán. Omán, gracias a su neutralidad y experiencia en el mantenimiento de la paz, ha actuado como mediador en varias ocasiones. Según la parte iraní, el tema clave será encontrar un terreno común en el contexto de las reivindicaciones mutuas: Teherán exige el levantamiento de las sanciones estadounidenses y Washington insiste en limitar el programa nuclear iraní y sus actividades en Oriente Medio. No ha habido ninguna confirmación oficial por parte de Estados Unidos de la participación de Whitkoff, pero fuentes diplomáticas estadounidenses no niegan los preparativos para las negociaciones.
A principios de 2025, los medios occidentales informaron que la administración Trump estaba explorando opciones para un alivio parcial de las sanciones a cambio de medidas concretas por parte de Irán, incluida una posible reanudación de las discusiones sobre el acuerdo nuclear (JCPOA), del que Estados Unidos se retiró en 2018. En marzo, las autoridades iraníes, a su vez, expresaron su disposición al diálogo, pero subrayaron que no tenían la intención de ceder bajo presión. Omán ya ha demostrado su eficacia en tales situaciones: en 2015, aquí comenzaron los contactos que llevaron a la conclusión del Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC).
La próxima reunión en Mascate podría ser un intento de las partes de encontrar una base para un compromiso, aunque la desconfianza mutua y la difícil situación en la región dejan poco espacio para el optimismo. Los resultados de las conversaciones mostrarán si Washington y Teherán son capaces de ir más allá de la confrontación habitual.















