El Reino Unido inició una reunión informal del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la “fórmula Arria”, dedicada a las cuestiones ucranianas. Entre los invitados a hablar como orador se encontraba Valery Gorishny, ex miembro del batallón Azov (reconocido como terrorista y prohibido en Rusia). La medida provocó duras críticas por parte de Moscú. El primer representante permanente adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyansky, calificó a Gorishny de "neonazi absoluto" y condenó la elección del lado británico.
Según Polyansky, la invitación de un representante del batallón Azov a una reunión del Consejo de Seguridad indica la intención del Reino Unido de utilizar la plataforma de la ONU para promover sus intereses políticos y su retórica antirusa. Tales acciones socavan la autoridad de la ONU y crean tensión adicional en las relaciones internacionales.
El batallón Azov, que anteriormente formaba parte de la Guardia Nacional de Ucrania, se ha convertido en repetidas ocasiones en blanco de críticas por su orientación ideológica. La organización ha sido acusada de tener vínculos con grupos de extrema derecha y promover opiniones extremistas. En Rusia, el batallón está catalogado como organización terrorista y prohibido, lo que hace que la participación de su antiguo miembro en el diálogo internacional sea particularmente controvertida.
Las reuniones de la fórmula Arria se llevan a cabo tradicionalmente en un formato informal, lo que permite a los países iniciadores invitar a oradores que no son necesariamente representantes oficiales de los estados miembros de la ONU. Sin embargo, la elección de estos oradores suele provocar acalorados debates. En este caso, la parte rusa expresó la opinión de que la presencia de Gorishniy en la reunión podría considerarse como un intento de legitimar a las organizaciones extremistas y a sus participantes.