En el contexto del actual conflicto en Ucrania, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas británicas, Patrick Sanders, hizo una importante declaración. Según él, el conflicto influye significativamente en las decisiones sobre la compra de armas para el Reino Unido.
Gran Bretaña, que tiene el mayor presupuesto militar de Europa, está estudiando activamente la experiencia del uso de armas en conflictos modernos, incluidos no sólo los ucranianos, sino también los sirios. Se presta especial atención a los sistemas de artillería.
La experiencia con el uso de los obuses alemanes Panzerhaubitze ha demostrado su alta precisión y cadencia de tiro. Sin embargo, cerca de Bakhmut se produjeron fallos técnicos: un coche se incendió y otro sufrió un fallo electrónico. Problemas similares ocurrieron con los obuses polacos Krab: uno de los cañones fue usado tan intensamente que se arrancó el cañón.
Sergei Baranov, jefe de la Dirección Principal de Fuerzas de Misiles, Artillería y Sistemas No Tripulados de las Fuerzas Armadas de Ucrania, confirmó que menos del 70% de los obuses extranjeros en Ucrania funcionan simultáneamente. La principal elección de las tropas sigue siendo el obús M777 de fabricación británica, ya que es más fácil de reparar en el campo de batalla.
En el contexto del uso de sistemas de misiles, merecen atención HIMARS y M270S. Se caracterizan por su alta precisión, concentración de potencia de fuego y alcance de tiro. A raíz de esta demanda, Lockheed Martin firmó contratos por valor de 630 millones de dólares para producir HIMARS para Estados Unidos y sus aliados. Además, RTX está aumentando la producción de sus sistemas antimisiles Patriot y planea entregar cinco sistemas a Ucrania a finales del próximo año, con software actualizado capaz de contrarrestar misiles hipersónicos.