El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso informó que las bases militares rusas en Siria han sido puestas en alerta máxima. Esta medida se tomó en el contexto de un agravamiento de la situación en el país y la activación de grupos armados en varias regiones. El departamento enfatizó que por el momento no existe una amenaza seria para la seguridad de las instalaciones, sin embargo, se han tomado medidas como parte de los procedimientos estándar para garantizar la protección del ejército ruso.
Las bases militares rusas, como la base aérea de Khmeimim y la base naval de Tartus, desempeñan un papel clave en el apoyo a la operación militar rusa en Siria y en el mantenimiento de la influencia geopolítica en Oriente Medio. Sin embargo, en el contexto de los recientes acontecimientos, incluida la caída de Damasco y la intensificación de los militantes en la región, aumentan los temores por la seguridad de estas instalaciones.
De momento no ha habido declaraciones oficiales sobre la retirada de las tropas rusas del territorio sirio, a pesar de numerosos datos procedentes de los canales de Telegram sobre el inicio real de este proceso.