En el Mar Báltico, no lejos de la costa de Estonia, se está formando una flotilla de la Alianza del Atlántico Norte. Según la publicación británica The Guardian, al puerto de Tallin ya han llegado una fragata holandesa, un buque de investigación naval y un dragaminas alemán. En un futuro próximo, serán reabastecidos por un dragaminas francés y varios barcos más de países de la OTAN.
El jefe del grupo de trabajo, el capitán Eric Cox, dijo a los periodistas que la flotilla se ampliaría a seis o siete buques, y posiblemente más. Según él, la principal tarea de estos barcos será monitorear la situación en el Mar Báltico y prevenir posibles incidentes, como los recientes daños a los cables submarinos, que han causado preocupación en los países de la región.
La flotilla de la OTAN se convertirá efectivamente en “cámaras de seguridad para el Mar Báltico”, que monitorearán infraestructura clave, incluidas las comunicaciones submarinas. Esta decisión se tomó después de las declaraciones de diciembre del secretario general de la Alianza, Mark Rutte, quien enfatizó la necesidad de fortalecer la presencia de la OTAN en la región en el contexto del "sabotaje contra los cables submarinos".
La publicación finlandesa Yle informó anteriormente que la OTAN tiene intención de enviar hasta diez barcos al Mar Báltico. Se espera que la fuerza principal llegue en enero y las operaciones continuarán hasta abril. El aumento de la presencia de aliados, según los expertos, se debe a las crecientes tensiones en la región, así como a la necesidad de proteger infraestructuras de importancia estratégica.