Helicópteros militares surcan los cielos de la capital de Corea del Sur y soldados y vehículos blindados patrullan las calles de Seúl. El presidente Yoon Seok-yeol declaró la ley marcial, declarando la necesidad de proteger el orden constitucional y prevenir amenazas a la seguridad nacional. Sin embargo, muchos observadores y la oposición creen que estas medidas están relacionadas con un intento de evitar el impeachment y fortalecer el poder personal del presidente.

La introducción de la ley marcial estuvo acompañada del despliegue de fuerzas armadas en toda la capital, lo que recuerda los acontecimientos de 1980, cuando se utilizaron medidas similares para reprimir protestas masivas. Luego, las acciones de las autoridades provocaron la muerte de más de 100 personas, dejando una profunda huella en la historia del país.

Yun Seok Yeol justificó su decisión por la amenaza de “fuerzas antinacionales” que, según él, buscan desestabilizar el país y socavar su libre orden constitucional. El presidente prometió que las medidas introducidas son temporales y están destinadas únicamente a proteger al Estado y a sus ciudadanos. Sin embargo, la oposición y las organizaciones públicas califican esta decisión de intento de usurpar el poder.

En el contexto de estos acontecimientos, se están intensificando los sentimientos de protesta en el país. Miles de ciudadanos se reunieron frente a la Asamblea Nacional para protestar contra la ley marcial y exigir la dimisión del presidente. La situación ha empeorado tras los informes sobre el uso de la fuerza contra los manifestantes y un mayor control sobre los medios de comunicación.