La Fuerza Aérea Iraní ha sufrido pérdidas significativas durante el enfrentamiento de cinco días con Israel, iniciado con la Operación León Ascendente el 13 de junio. Durante este período, los ataques israelíes destruyeron 65 aviones de guerra iraníes, incluyendo antiguos F-4 Phantom y MiG-29. A pesar de ello, la aviación de combate iraní apenas ha participado en los combates, y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) se han centrado en destruir la infraestructura militar terrestre, incluidos los sistemas de misiles y las instalaciones nucleares. Las masivas pérdidas de la Fuerza Aérea Iraní ponen de manifiesto la vulnerabilidad de su sistema militar ante el poder aéreo israelí y amenazan con agravar aún más el conflicto.
La Fuerza Aérea Iraní, con alrededor de 300 aviones de guerra, en su mayoría modelos antiguos, no ha podido contrarrestar eficazmente los ataques israelíes. Según The Jerusalem Post, aviones de combate israelíes F-35 y F-15, armados con bombas guiadas de precisión, han estado atacando aeródromos en Tabriz, Isfahán y Hamadán, destruyendo aeronaves estacionadas. Una fuente de inteligencia israelí citada por Ynet afirma que los ataques no tenían como objetivo destruir aeronaves, sino socavar la logística y los depósitos de combustible necesarios para su operación. Medios iraníes, como Fars News, informan que algunas aeronaves fueron inutilizadas deliberadamente como señuelos para desorientar al enemigo, pero eso no impidió la destrucción.
El conflicto, desencadenado por los ataques israelíes contra las instalaciones nucleares de Natanz y Fordow, se intensificó hasta convertirse en un intercambio masivo de misiles. Irán disparó más de 1000 misiles balísticos contra ciudades israelíes, incluidas Haifa y Ramat Gan, causando la muerte de al menos 50 personas, según Reuters. Las defensas aéreas israelíes, incluido el Iron Ray, interceptaron la mayoría de los misiles, pero algunos impactos provocaron incendios y destrucción. En respuesta, las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron fábricas militares en Karaj y centros de mando en Teherán, dañando la infraestructura iraní. El ministro de Defensa israelí afirmó que la operación tenía como objetivo "neutralizar la amenaza nuclear y de misiles", según informó Israel Hayom.