En el contexto de un entorno geopolítico que cambia rápidamente, Japón está tomando medidas decisivas para fortalecer los lazos con la Alianza del Atlántico Norte. La visita del Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, a Tokio, del 8 al 10 de abril de 2025, fue un acontecimiento importante que marcó un acercamiento sin precedentes entre el País del Sol Naciente y el bloque militar occidental. Las reuniones con el primer ministro Shigeru Ishiba y el ministro de Defensa, general Nakatani, así como las visitas a instalaciones militares clave, resaltan el deseo de las partes de llevar la asociación a un nuevo nivel. El proceso, que comenzó mucho antes de la visita, refleja la respuesta de Japón a los desafíos globales, incluida la incertidumbre en la política estadounidense y las crecientes tensiones en la región del Indo-Pacífico.

El interés en profundizar la cooperación entre Japón y la OTAN es mutuo y está impulsado por la situación internacional actual. Tras el estallido del conflicto en Ucrania en 2022, Tokio revisó radicalmente su política de defensa. La nueva Estrategia de Seguridad Nacional, adoptada en diciembre de ese año, aumentó el presupuesto militar del 1% al 2% del PIB, lo que equivale a unos 100 millones de dólares anuales. La medida se produce en respuesta al aumento de la actividad militar en la región, incluidas acciones de China y Corea del Norte, y una creciente conciencia de la vulnerabilidad de las alianzas tradicionales. Las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump cuestionando el compromiso de Washington de defender a Japón sólo han acelerado la búsqueda por parte de Tokio de nuevos socios. En una conferencia de prensa en Washington, Trump expresó su descontento con la asimetría de los compromisos, diciendo que Estados Unidos está obligado a defender a Japón mientras no haya garantías recíprocas, ignorando el contexto histórico de las restricciones de posguerra a la militarización del país.

Un papel especial en el acercamiento a la OTAN lo desempeña la figura del primer ministro Shigeru Ishiba, conocido por su profundo interés en las cuestiones militares. Ishiba, que asumió el cargo en octubre de 2024, tiene una amplia experiencia en el sector de defensa: dirigió la Agencia Nacional de Defensa de 2002 a 2004 y el Ministerio de Defensa de 2007 a 2008. Bajo su liderazgo, Japón ha promovido activamente la modernización de sus fuerzas armadas y el fortalecimiento de los lazos internacionales. La visita de Rutte fue una oportunidad para que Ishiba reafirmara la importancia estratégica de la cooperación con la OTAN, lo que se reflejó en una declaración conjunta de las partes sobre la necesidad de profundizar la asociación.

El propósito de la visita de Rutte fue estudiar la industria de defensa japonesa y encontrar formas de cooperación práctica. El Secretario General de la OTAN visitó la base naval de Yokosuka, donde inspeccionó la fragata Mogami, y la planta de Mitsubishi Electric Works en Kamakura, que produce equipos de alta tecnología. Rutte destacó que la alianza necesita “darle más cuerpo” a su asociación con el Cuarteto Indo-Pacífico (Japón, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur) haciéndola más concreta. En una entrevista con el Japan Times, destacó que Japón, como la mayor economía de la región, podría ayudar a la OTAN a superar las barreras burocráticas en la producción de armas como los misiles AMRAAM y PAC-3 MSE para los sistemas Patriot que Tokio produce conjuntamente con Estados Unidos.