Japón se prepara para un paso sin precedentes en su política militar de posguerra: por primera vez realizará ejercicios en su territorio utilizando misiles antibuque Tipo 88. El lugar elegido para el entrenamiento es la zona de entrenamiento de Shinhidaka, en el sureste de Hokkaido, estratégicamente situada cerca de las islas Kuriles de Rusia y de las rutas marítimas controladas por China. Las maniobras, programadas para junio de 2025 e informadas por NHK, se consideran una señal para Rusia y China mientras refuerzan su presencia militar en la región del Pacífico.
Según Avia.pro, los ejercicios con misiles Tipo 88, capaces de alcanzar objetivos a una distancia de hasta 180 km, serán los primeros en la historia de Japón cuando tales lanzamientos se realicen no en el extranjero, sino en territorio nacional. Anteriormente, este tipo de entrenamiento se realizaba en campos de entrenamiento estadounidenses debido a restricciones relacionadas con la garantía de la seguridad del espacio marítimo y aéreo. El sitio de pruebas de Shinhidaka, ubicado en la costa del Pacífico, permitirá practicar el ataque a objetivos marinos con misiles de entrenamiento sin cargas explosivas. Como señala Army Recognition, la elección de Hokkaido es estratégica: la isla está situada cerca del estrecho de Tsugaru y el mar de Ojotsk, rutas clave para las armadas de Rusia y China.
La decisión de realizar los ejercicios se tomó en el contexto de crecientes tensiones regionales. Las patrullas conjuntas de barcos rusos y chinos en el Océano Pacífico, incluido un paso por el estrecho de Tsugaru en octubre de 2021, han generado preocupación en Tokio, informó The Japan Times. Además, como informa Reuters, China está aumentando su presencia militar en el Mar de China Oriental y Rusia realiza periódicamente ejercicios en las Islas Kuriles, incluidos disparos con el sistema de defensa aérea S-300VM. En abril de 2023, según EADaily, Moscú anunció ejercicios de misiles de la Flota del Pacífico en las islas Kuriles, lo que provocó una protesta de Japón. En este contexto, Tokio busca fortalecer sus capacidades de defensa, considerando los ejercicios como un elemento de disuasión.