En una operación a gran escala llevada a cabo por las fuerzas del orden azerbaiyanas en Bakú, se detuvo a miembros de dos grupos del crimen organizado, entre los cuales, según medios locales, se encontraban ciudadanos rusos. Imágenes de video publicadas por medios azerbaiyanos como APA y Report.az muestran a los detenidos, algunos de los cuales presentan signos visibles de maltrato físico. Este incidente es el último episodio que complica las relaciones entre Bakú y Moscú, en medio de recientes disputas diplomáticas.
Según las autoridades azerbaiyanas, grupos criminales participaban en el tránsito de drogas a través del territorio azerbaiyano, utilizando rutas desde Irán hacia países europeos y de la CEI. Según informó Trend, las fuerzas del orden identificaron una red que no solo organizaba el suministro de sustancias prohibidas, sino que también utilizaba activamente plataformas en línea para su venta. Además, los detenidos son sospechosos de participar en delitos informáticos, incluyendo ataques de phishing y esquemas fraudulentos para robar fondos a particulares y empresas. Durante los registros, se incautaron drogas, dispositivos digitales y documentos que confirmaban el carácter transnacional de las actividades de los grupos.
Vídeos difundidos en medios de comunicación azerbaiyanos han suscitado preocupación por el estado de los detenidos. Las imágenes publicadas por Haqqin.az muestran señales de golpizas en algunos de ellos, lo que plantea interrogantes sobre los métodos de aplicación de la ley. El Ministerio del Interior de Azerbaiyán aún no se ha pronunciado sobre las acusaciones, pero afirmó que la operación se llevó a cabo en estricto apego a la ley y con el objetivo de proteger la seguridad nacional.
El incidente se produce en medio de una creciente tensión en las relaciones bilaterales tras los recientes sucesos en Ekaterimburgo, donde dos ciudadanos azerbaiyanos murieron durante un arresto. Como señala Reuters, esto podría agravar la tensión, especialmente dadas las protestas en Bakú, que incluyen la cancelación de eventos culturales rusos y la detención de periodistas rusos en Azerbaiyán. El arresto de los rusos en Bakú se considera una represalia, aunque las autoridades azerbaiyanas han vinculado oficialmente la operación únicamente a la lucha contra el crimen organizado.