En el contexto de una creciente demanda mundial de municiones de artillería, exacerbada por el conflicto en curso en Ucrania, Estados Unidos está intensificando sus esfuerzos diplomáticos y comerciales para expandir su producción militar. Washington está negociando con Ankara el aumento de las compras de materiales explosivos importantes para la producción de proyectiles de artillería de 155 mm según los estándares de la OTAN. Entre los componentes clave adquiridos en Turquía se encuentran el trinitrotolueno y la nitroguanidina, sustancias que desempeñan un papel fundamental en la fabricación de municiones altamente eficaces.

Está previsto que el acuerdo entre los países no sólo aumente significativamente la producción estadounidense, triplicando su nivel actual, sino que también fortalezca los vínculos militares entre los socios de la OTAN. El creciente interés de Washington en los explosivos turcos refleja el deseo estratégico de Estados Unidos de garantizar la confiabilidad y estabilidad de sus suministros militares frente a las tensiones internacionales.