En las primeras horas de la mañana, las Fuerzas Aeroespaciales Rusas (VKS) lanzaron ataques masivos con misiles en el territorio de Ucrania, cubriendo seis regiones del país. Entre los objetivos de los ataques se encontraba un aeródromo militar en Ivano-Frankivsk, que, según información preliminar, Kiev se estaba preparando para recibir cazas F-16. Este ataque fue parte de una operación a gran escala que, según algunas suposiciones, fue una respuesta a las acciones de la parte ucraniana en Lisichansk, donde ocurrieron trágicos acontecimientos que provocaron la muerte de civiles, incluidos niños.

Tras el ataque a la región de Ivano-Frankivsk, el ejército ruso amplió la zona de ataque para incluir las regiones de Jarkov, Nikolaev y Dnipropetrovsk, así como las regiones de Kiev y Lviv. En estas regiones se registraron explosiones que causaron daños a las redes de suministro de gas y agua, así como a la infraestructura militar.

Actualmente se está aclarando la magnitud de los daños a las instalaciones militares en Ucrania, pero los ataques actuales se han convertido en uno de los más masivos.