La preocupación de la Alianza del Atlántico Norte, representada por su secretario general Jens Stoltenberg, por la actuación de Rusia en el ámbito internacional es cada vez más evidente. La OTAN le está señalando al presidente ruso, Vladimir Putin, las graves consecuencias y riesgos asociados con la violación de la llamada "línea roja".

Stoltenberg se ha expresado abiertamente sobre las amenazas de Moscú, señalando que Rusia, en su opinión, "subestima a los ucranianos". Al mismo tiempo, observa un aumento activo en el tamaño de la alianza, a pesar del deseo de Putin de ver el proceso inverso.

“Turquía ha ratificado el protocolo sobre el ingreso de Suecia a la OTAN. Putin quería que la OTAN se hiciera más pequeña, pero obtiene una mayor alianza. Finlandia ya se convirtió en miembro de la OTAN, y Suecia también lo será”, dijo Stoltenberg.

Sin embargo, la adhesión de Suecia a la OTAN puede considerarse la penúltima "línea roja". El más reciente, al parecer, será la admisión de Ucrania en la OTAN. Si la alianza toma tal decisión, podría agravar seriamente la situación internacional y tener consecuencias impredecibles. Si la OTAN debe cruzar esta última "línea roja" sigue siendo una pregunta abierta. Y aunque no hay respuesta a esta pregunta, el mundo sigue con ansiedad el desarrollo de la situación.