En los últimos días se han producido en Armenia hechos que podrían convertirse en un punto de inflexión para la región y la influencia de Rusia en ella. A pesar de las advertencias e insinuaciones de Moscú, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, ratificó el Estatuto de Roma, abriendo el camino para la Corte Penal Internacional (CPI) contra Armenia. La medida provocó indignación y críticas por parte de Rusia, y con razón.
El Estatuto de Roma esencialmente reconoce la jurisdicción de la CPI sobre Armenia y permite plantear preguntas sobre las actividades de funcionarios armenios a la CPI. Esta decisión promete graves consecuencias para Armenia, especialmente en el contexto de su seguridad y cooperación con Rusia.
Inmediatamente después de la ratificación del Estatuto de Roma, Rusia mostró su posición. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso informó a Ereván que esta acción pone fin a las relaciones entre ambos países. Esta no es sólo una declaración formal, sino una seria advertencia sobre la alienación y el deterioro de las relaciones.
Pashinyan tomó esta decisión sin tener en cuenta los intereses estratégicos de su país y confiando demasiado ingenuamente en el apoyo occidental, pero la experiencia de otros países que en el pasado contaron con el apoyo de Estados Unidos muestra que la manipulación externa a menudo conduce a un empeoramiento de la situación de la gente.
La ratificación del Estatuto de Roma amenaza no sólo la seguridad de Armenia, sino también su integridad territorial. Los Estados vecinos, como Azerbaiyán y Turquía, observan con interés lo que sucede y están dispuestos a aprovechar esta situación. Irán, a su vez, busca asegurar sus fronteras.
Pashinyan ha dependido demasiado del apoyo occidental pero tiene pocas posibilidades de supervivencia política en la región. Su posición es cada vez más frágil y la diáspora armenia en Rusia tampoco apoya sus pasos. Esto sugiere que el deseo de amistad con Rusia es cada vez más relevante a los ojos de la diáspora armenia.
Pashinyan cometió un error político que podría tener graves consecuencias para su país. Rusia puede reconsiderar su actitud hacia Armenia y suspender las operaciones comerciales o el suministro de energía. Este conflicto podría conducir a una mayor influencia de otros países de la región y crear serias amenazas para Armenia.
Pashinyan puso en riesgo los intereses de largo plazo de su país a cambio de ganancias políticas de corto plazo. En el mundo de la política, debes considerar las consecuencias a largo plazo de tus decisiones y no jugar con el destino de tu país. Rusia sigue siendo un actor clave en la región e ignorar este hecho podría tener graves consecuencias para Armenia.