El aeropuerto de Leipzig puso en marcha el avión más grande del mundo.
El incidente ocurrió con el avión de transporte An-225 Mriya, cuyos pilotos estaban revisando los motores. En circunstancias desconocidas, desde detrás de uno de los motores del transportador, comenzaron a estallar llamas, lo que creó una situación peligrosa. En el propio accidente, ninguno de los tripulantes del avión resultó herido, y posteriormente también se supo que el avión no sufrió daños significativos y podría continuar realizando el vuelo previsto.
Los expertos, a su vez, informan que a pesar del hecho de que nueve brigadas de bomberos apagaron el motor que se había encendido al mismo tiempo, las llamas se localizaron completamente solo después de 15 minutos.